El I CHING es uno de los primeros textos de la humanidad y
posiblemente es el libro chino más antiguo que conservamos ya
que los primeros escritos del libro de las mutaciones están datados
alrededor del 1200 a.C. El texto ha sido enriquecido múltiples veces con
el fin de mejorar su comprensión. Es un libro oracular, sapiencial y moral, a la vez que por su estructura y simbología
es un libro filosófico y cosmogónico. Durante
más de 2000 años, el Libro de las Mutaciones se ha utilizado en China como
libro de adivinación, y aún se estudia como fuente valiosa de sabiduría taoísta
y confuciana.
La consulta oracular se lleva a cabo en forma tradicional por
medio de 50 tallos de milenrama; también se podían utilizar 50 palillos de
madera. El libro se basa en una serie de pictogramas que en realidad son 6
líneas continuas o partidas por la mitad (64 hexagramas en total), las líneas
son los propios tallos o ramas. Las dos clases de líneas corresponden al yan
(discontinua) y yin (continúa). Los pictogramas están caracterizados por estar vinculados
más a conceptos que a palabras específicas; de ahí viene su dificultad para
aquellas culturas que no se han educado en dicha tradición.
I CHING significa «Libro de las mutaciones». Cuenta la
leyenda que al sabio Fu-Hi se le apareció una criatura con cabeza de dragón y
caparazón de tortuga. Sobre este se dibujaba un conjunto de líneas que formaban
los ocho trigramas elementales: Cielo, Trueno, Agua, Montaña, Tierra, Viento,
Fuego y Lago.
El libro fue y es usado como una especie de Tarot para
predecir el futuro o más bien para dar respuesta a las diatribas humanas, pues
el libro de las mutaciones intenta ayudar en la difícil complejidad de la vida.
Implica, por eso, algo más que un simple libro esotérico.
Así, el I CHING requiere una reflexión constante causada por
el hecho abstracto de ver los pictogramas y también por el carácter complejamente
poético de los textos que intentan explicarlos. Su significado se sustenta
sobre una valiosísima y rica base filosófica oriental. Las respuestas que
ofrece este libro provienen de indagar en tu interior al leer los textos y
encontrar en ti mismo la fuerza y el camino que debes tomar.
Caracterizado por una extrema relatividad, cada persona que
entra en su complejidad lo entenderá de una forma distinta. Ahí reside
precisamente su magia pues «El libro de las mutaciones» es un oráculo
matemático que plantea percepciones gráficas para ayudar, depende de cada
uno recibir esa información e implementarla para progresar y alcanzar la liberación.
Los hexagramas se dividen en dos grupos con tres líneas y
cada uno de esos grupos o trigramas se asocia a un concepto, la respuesta
vendrá en una conjugación de la imagen y los dos conceptos. Lo curioso es que a
veces, conceptos que podríamos entender que se repelen, pueden compenetrarse y
conseguir algo muy positivo. Por ejemplo, en los dos primeros hexagramas que
corresponden a lo receptivo y lo creativo ambos no son antagónicos, sino
complementarios como explicamos a continuación.
Son complementarios porque el signo de lo receptivo hace
referencia a que uno siempre debe dejarse llevar por la situación (semejante a
las propuestas taoístas). Lo debe hacer ya que las líneas quebradas representan
el poder fundamental receptivo, oscuro, que cede, en definitiva, la energía del
yin. Esto significa que no se debe tomar las riendas ni tampoco las decisiones,
sino adecuarse a lo que venga, a lo que dicten los otros, amparados, y ahí está
la clave de complementariedad, por lo creativo que como su propio nombre
indica, implica el momento idóneo para que construir, conquistar, tener ideas y
creer en ellas. Si ha salido el signo de lo creativo, el cielo lo dominará todo
y la perseverancia será lo que lleve a lograr los objetivos, pues sus líneas
enteras representan el poder primario, un poder iluminador, dador de luz,
activo que simboliza también al espíritu; dado que carece de debilidad, su
esencia es el poder o la energía.
Desde mi experiencia personal leer el I CHING se asemeja a un
acto de meditación en dos fases; la primera ocasionada por la contemplación de
los hexagramas y la segunda por la lectura de unos textos que podríamos calificar
semejantes a los textos budistas o taoístas, encuentro una gran relación
especialmente a todo lo que tenga que ver con el Zen en cuanto a su aspecto
liberador. Experimentar lo que significa cada hexagrama implica intentar
comprender cómo se generan y se producen los cambios en nuestras circunstancias
y en nosotros mismos.
Algunos podrían creer que a través del I CHING estamos
adivinando el futuro, aunque realmente, se trata de una simple previsión, también
de una auténtica epifanía ocasionada por la comprensión de la relación que
existe entre los acontecimientos. Se debe entender como un instrumento auxiliar
para hallar esta posible armonía: una brújula infalible para la orientación
correcta. Al final, lo que el libro plantea es que debemos encontrar el
equilibrio entre nosotros y el universo que fluye constantemente, ya que lo
único que existe es el cambio, las mutaciones.
Al igual que el Tao Te King, el I CHING plantea la idea
de naturaleza en perpetuo cambio y la búsqueda incansable de otra visión
distinta a la racional; constituyen ambos sin duda un modelo de pensamiento muy
opuesto al modelo occidental.
No se debe buscar una respuesta absoluta y concreta. Lo que
el I CHING ofrece es un mapa de la situación y de cómo se debe actuar en
un momento determinado. De todas formas, como ya se ha dicho, la respuesta está
en ti. Lo que el I CHING hará será clarificar el camino.
Lo que ofrece el I CHING, son consejos y advertencias
sobre cómo enfrentarse a determinados escenarios. Si bien la técnica para leer
el I CHING no es difícil, se vuelve más claro y sencillo de dilucidar
cuanto más acostumbrado esté uno a hacerlo. La lectura del I CHING debe
tener la forma de una conversación, ya que, si una pregunta no queda aclarada,
se puede reformular de otra manera, concretando más o preguntando por otras
cuestiones del asunto, podemos seguir hasta que no haya dudas.
Un ejemplo que nos puede ser de ayuda para ver la utilidad
del I CHING es el hexagrama «Inicios complicados» que se refiere a lo complejo
de los comienzos. Así, nos dice que encontraremos dificultades, pero uno no
debe rendirse ante ellas. Aunque el caos nos invada al principio, debemos mantenernos
firmes y encontraremos una salida al peligro; debemos esperar complicaciones,
pero como todo está en pleno cambio y en constante movimiento, lograremos nuestros
objetivos, se alcanzará el éxito, siempre que no nos rindamos manteniéndonos
fieles a nuestro camino. Simplemente, debemos ser pacientes y buscar ayuda para
restablecer el orden. Surgen así unos sabios consejos a partir de una sencilla
imagen de seis simples líneas.
«El Libro de las Mutaciones» se basa en las representaciones
de dos fuerzas polares, que por su dinamismo dan origen a todas las cosas. En
un principio fueron designadas simplemente como lo claro y lo oscuro, y más
tarde como el yin y el yang. La interacción de ambas fuerzas engendra los
cambios, que deben interpretarse como el movimiento incesante del Tao. Para el
modo de pensar tradicional chino, el dualismo entre los dos términos resulta
tan incomprensible como la existencia de una corriente eléctrica sin sus polos
positivo y negativo, puesto que el concepto de polaridad se basa en el
principio de que + y –, norte y sur, son aspectos diferentes de uno y el mismo
sistema, y la desaparición de uno de ellos significaría la desaparición del
sistema
El yin no puede existir sin el yang; el uno sucede
invariablemente al otro en el ritmo imperecedero del universo. En el Zhuang zi
leemos: “El Tao no tiene principio ni fin; las cosas, en cambio, nacen y
mueren, y no pueden apoyarse en una existencia terrenal. Ora vacías, ora
llenas, carecen de forma permanente. Los años no se puede rechazar, ni detener
el paso del tiempo. Extinguirse y renacer, colmarse y vaciarse, tornar a
empezar después de haber terminado”.
La doctrina del yin y el yang se relaciona de forma esencial,
en su negación de la dualidad y afirmación de la complementariedad, con el
analizado «Libro de las Mutaciones», uno de los tratados más enigmáticos del
pensamiento chino.
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