Porque no queda ya ningún
consuelo,
y ya no aparece alegría en
la nada,
que pierdo ausencias en
triste duelo
de voluntad que no llega
aniquilada.
Es así como pienso, corro y
vuelo
por las curvas de su última
mirada;
la que ahora recuerdo tan
cansada
por la vida que arriesgo,
juego, anhelo.
No pienso, triste es tener
la idea
de la alegría amiga antojos,
ahora dulce catarsis
maniquea.
Viviré por ti en el último
desvelo
que aparta las lágrimas de
sus ojos
marrones, verdes, quizás
azul cielo.
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