Richard Hawley, más romántico que la pinta de canalla que aparenta
Antes de que comencéis a poner a caldo la lista (sí, efectivamente, no están Adele ni Pablo Alborán ni Vetusta Morla ni Izal,
todo muy respetable, pero este blog lo hago yo) que quede claro que son
los discos que más me han gustado a mí. La siguiente relación no
pretende sentar cátedra, pero si tenéis la curiosidad de escuchar
algunos de los álbumes que detallo a continuación, quizá os gusten. Como
no tenía a mano una nomenclatura de todos los discos que se han
publicado en 2015, me he servido de varias publicaciones especializadas
para hacer memoria. Algunos de ellos se incluyen en otras listas
similares, otros no los encontraréis más que en ésta. Sólo espero que los disfrutéis como yo lo he hecho a diario a lo largo de estos doce meses.
10. Sufjan Stevens - Carrie & Lowell. Cuantos más años cumple uno, más se acerca a estos sonidos. Carrie & Lowell
es un álbum doloroso, melancólico, triste, nostálgico, plagado de
cuerdas, aunque su producción parezca simplista. Quien más quien menos
ha tenido momentos bajos a lo largo del año. Si no has remontado el vuelo, estas 11 canciones no te convertirán en la bailarina del WhatsApp,
pero te recordarán que siempre hay alguien con verdaderos motivos para
sufrir. En el caso del artista que nos ocupa, la muerte de su madre.
9. D'Angelo and The Vanguard - Black Messiah. El álbum salió en diciembre de 2014 y todo su recorrido ha tenido lugar en este año que acaba. Si queréis saber por dónde se mueve el R'n'B de siglo XXI, este es vuestro disco.
Tiene muchos toques de soul, y esta pieza maravillosa debería servir
para definir por qué caminos va la música negra. Imposible no
contonearse con cada canción.
8. Leon Bridges - Coming home.
Lo sé, la lista es muy negra y soulera, pero es el género que mejor ha
sabido evolucionar en los últimos 60 años. El texano Bridges recuerda a
veces a Otis Redding o a los Temptations y además resiste la
comparación. Ponte este Coming home de principio a fin en un largo viaje y no querrás llegar a destino. Embriagador.
7. Jamie xx – In colour.
James Smith no es otro que la tercera parte de The XX, ese grupo
británico cuyas melodías reconoceréis al instante si el nombre no os
suena. La tercera pata de ese grupo magnífico no recela de su
procedencia y une a su nombre en solitario la marca de su banda matriz.
El álbum no es muy distinto al que haría con sus compañeros. Te atrapa rápido y te causa la misma sensación que si te hubieras tomado un Valium.
Apto para escuchas domésticas, aunque seguro que veremos al británico
en algún festival (le viene como anillo al dedo el Primavera Sound).
6. Grimes – Art Angels. Llegó la hora de mover los pies. Pop facilito y sin muchas complicaciones. Se digiere muy bien y a tu pareja le va a encantar. 14 canciones que son pura delicia del synth pop.
5. Tame Impala – Currents. Cuando los australianos dejan a un lado la psicodelia grandilocuente y la sustituyen por composiciones más simples lo bordan. Currents peca a veces de cierta sobreproducción, pero sus canciones son tan buenas que se les perdona.
Hace un par de años, el técnico de sonido les arruinó la actuación en
Benicássim. Esperemos que si se dejan caer por aquí en 2016, presenten
su nuevo trabajo como se merece.
4. Florence and the Machine – How Big How Blue How Beautiful. Si no habéis escuchado a esta banda británica ya estáis perdiendo el tiempo. Es secillamente maravillosa. A veces pop, a veces rock, a veces soul. Solo con escuchar el tema que abre el álbum, Ship to wreck, la voz de Florence Welch os acompaña por un delicioso paseo hasta el final del trabajo. Qué bonito es.
3. Elle King – Love stuff. La primera vez que escuché Where the devil don't go, la canción que abre este pedazo de disco, exclamé: “¡Madre mía!” Todo lo que pueda decir de este trabajo es superlativo. Cómo canta esta mujer, qué pedazo de voz, que actitud y qué chulería. Esto es rock and roll americano del bueno. Si os gustan Imelda May o Jake Bugg, abridle hueco ya a esta todoterreno que viene de Los Angeles.
2. Bunbury – MTV Unplugged. El Libro de las Mutaciones. Si pensábais que no iba a meter al maño en esta lista es que nunca habíais leído ¿Hay vida en Marte?
Bienvenidos, si es así. Lo dejé por escrito: a Enrique Bunbury se le
podrá discutir su histrionismo, su voz engolada, su pose impostada, pero
es la única estrella del rock que tiene este país. Se
reinventa en cada disco y en cada gira, la misma canción nunca suena
igual y, además de componer auténticas exquisiteces, se deja la piel en
cada trabajo que hace y en cada actuación. Este falso unplugged, ya lo dije, es una joya de orfebrerìa musical. Por muchos años.
1. Richard Hawley – Hollow meadows. Cada disco que publica el de Sheffield es mejor que el anterior. El ex Pulp ha vuelto a componer otra obra maestra del preciosismo. No tiene una canción mala. Corte a corte, Hollow meadows
es un álbum arrebatador, sublime. Sin alharacas, sin una gran
producción, esa voz que hipnotiza y los arreglos justos hacen de este
trabajo una obra de arte difícilmente superable en los medios tiempos. Still I want you o Wich way son para enmarcar. Hawley no es ningún sex symbol, no pega berridos, no fuerza su guitarra, es sólo un tipo sobrado de talento por cuyo caudal brotan a chorros las emociones y los sentimientos. Un puto genio.
http://www.diarioinformacion.com/blogs/hay-vida-en-marte/los-10-mejores-discos-de-2015.html
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