El lenguaje es nuestro o somos simples bártulos de
lo que ese mismo lenguaje expresa a través de nosotros. ¿Qué fue antes el huevo
o la gallina? Es el mundo más allá del tiempo lineal nuestro verdadero Dios. Son grandes temas que aborda elegantemente esta película. “La
Llegada” supone un soplo de esperanza, una burbuja de oxígeno y una revitalización de la fe en un
género, el de la ciencia-ficción, que a pesar de los avances en efectos
especiales, se encuentra devaluado.
Para los que
esperen algo parecido a "Indepence
Day" (había en el cine donde la vi una pareja con un niño de nueve años,
claramente todos defraudados), mi
consejo es que huyan de esta película, les puede dar un colapso o algo peor;
quizás, como mal menor, puedan salir descolocados,
traspuestos, por la imprevisibilidad de la propuesta.
De menos a más usando un fantástico
recurso del que otros han abusado siempre: los flash backs. Es a través de un lento avanzar comunicatico como descubriremos
la profundidad del personaje interpretado por Amy
Adams, la lingüista Louise Banks,
quien es reclutada por el coronel Weber (Forest
Whitaker), para tratar de comunicarse con los inesperados visitantes. De
camino, conoceremos al físico Ian Donnelly (Jeremy Renner),
que será el otro miembro que dirigirá junto con la lingüista el equipo para
llegar al entendimiento.
Denis
Villeneuve es un director canadiense que en muy poco tiempo y película tras
película ha ido forjándose una carrera de lo más sólida repleta de thrillers.
Estamos hablando de señoras películas como Prisioners, Enemy y la reciente
Sicario. Con "La llegada" ha adaptado un relato corto de Ted Chiang (que
colabora en el guión) con un potencial tan grande como el mismo universo. "La Llegada" es diferente, muy
diferente a lo que se ha visto últimamente, en el mejor de los sentidos.
En la trama
se juntan dos formas de relato que aparentemente se contraponen, uno de forma
lineal, con un principio y un fin y el otro (alienígena) circular sin fin, por
el que se crea un conflicto universal, de entendimiento, de comprensión. Pero en
el fondo se plantean lo mismo, las mismas y eternas preguntas ¿Quiénes somos y
qué hacemos aquí? La cosmogonía de una angustia existencial, traumática, donde
lenguaje científico (matemáticas) y la lengua que no es traducible (canguro) se
repiten de forma permanente.
La
llegada es una
experiencia audiovisual total. Consigue trasladar al público a una vivencia
especial, a un encuentro extraterreste, y lo logra apelando a una de las
cualidades -la más importante-, que posee el espectador: La inteligencia. El
guión, la trama, el director y los actores respetan al auditorio. No dan gato
por liebre. No utilizan sucios trucos. Es más, exponen las claves abiertamente
y no se esconden nada que provoque el rechazo.
La película cuenta
con una protagonista extraordinaria; es en lo discreto, lo mesurado, lo sutil,
lo que no está dicho, donde Amy Adams saca de la manga un personaje memorable. Excelente también la banda sonora de Jóhann Jóhannsson
que impacta en determinados momentos ante la presencia de los extraterrestres,
la delicada fotografía de Bradford Young y el buen guión de Eric Heisserer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario