"Del cielo al infierno" (2025) de Spike Lee representa un regreso ambicioso pero desigual del director de Brooklyn. Esta adaptación libre del clásico de Akira Kurosawa "El cielo y el infierno" (1963) reúne por quinta vez a Lee con Denzel Washington en una propuesta que, aunque tiene momentos brillantes, no logra alcanzar las alturas de sus colaboraciones anteriores.
Lo que funciona
La película destaca por las actuaciones, especialmente de Denzel Washington como David King, un magnate musical en declive que demuestra su maestría interpretativa, y Jeffrey Wright en el papel de Paul, quien "mantiene la dignidad mientras enfrenta el hostigamiento policial". Un momento particularmente memorable es cuando Washington protagoniza una improvisada batalla de rap junto a A$AP Rocky, que según la crítica quedará como uno de los hitos interpretativos del actor.
Lee logra actualizar inteligentemente la historia original a "los tiempos de las redes sociales, la inteligencia artificial y los valores sociales distorsionados", construyendo un thriller que funciona como vehículo para explorar las tensiones raciales y de clase en el Brooklyn contemporáneo.
Las limitaciones
Sin embargo, la película presenta problemas estructurales significativos. A diferencia del original de Kurosawa con su división en dos actos diferenciados, Lee "normaliza todo lo que en High and Low no es convencional", creando una narrativa más conservadora que evita los riesgos formales del clásico japonés.
Técnicamente, la película sufre de decisiones cuestionables: "a Lee le gusta filmar sus escenas desde varios planos, una decisión que refleja energía autoral, pero el resultado es engolado y dificulta la asimilación visual", mientras que en el apartado sonoro "frecuentemente se deja correr una pista musical que no corresponde con la acción ni con los diálogos".
El dilema moral diluido
Uno de los aspectos más problemáticos es cómo maneja el conflicto ético central. Aunque la primera mitad construye sólidamente el análisis sobre las diferencias de clase dentro de la comunidad afroamericana, "una vez se encamina la resolución del conflicto, la cinta se aboca a un estado moral confuso e inconsistente" que termina en "una celebración del statu quo y una lectura profundamente meritócrata".
La postura nostálgica de Lee también resulta contradictoria: "El hip hop siempre está connotado de forma negativa, vinculado al delito o a la futilidad de las redes", una posición "llamativa para el realizador que contribuyó de modo decisivo al éxito de Public Enemy".
Veredicto
"Del cielo al infierno" es "entretenida, tiene buen humor, muy buena música" y confirma que Lee "conserva su talento intacto", pero no alcanza el nivel de obras maestras como "Malcolm X" o "Haz lo correcto". Es un thriller competente que se beneficia enormemente del carisma de Washington y la experiencia narrativa de Lee, pero que queda como un proyecto menor en la filmografía de ambos artistas.
La película funciona mejor como entretenimiento que como declaración artística, ofreciendo suficientes elementos positivos para justificar su visionado, especialmente para los seguidores de este dúo creativo, pero sin la profundidad y coherencia que caracterizó sus mejores colaboraciones.
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