Casi una
condena tus gracias acabadas, la muerte
implorando una vez más la caída en el infierno
por ti, por nadie que vaya hacia la nada.
implorando una vez más la caída en el infierno
por ti, por nadie que vaya hacia la nada.
Aun así
los recovecos del camino, tu cuerpo
y aquellas miradas rezagadas, imperio
que ahora veo en esta habitación,
simple nicho de mi perdida alma.
y aquellas miradas rezagadas, imperio
que ahora veo en esta habitación,
simple nicho de mi perdida alma.
No queda
solución,
y empiezo a hacer cálculos
en mis riñones llenos de ganas;
lloro con amor por otro Dios
que alivie mi fanfarria.
y empiezo a hacer cálculos
en mis riñones llenos de ganas;
lloro con amor por otro Dios
que alivie mi fanfarria.
Todos
reniegan de mí,
de mis chistes sin gracia,
llenos de espejismos,
yema fuera de mi clara.
de mis chistes sin gracia,
llenos de espejismos,
yema fuera de mi clara.
¿Y las
caricias?
¿Qué fue de las caricias?
¿En qué esquina se venden?
¿Están de rebajas?
Simplemente simple
busco una ganga,
y tú, y tus manos, ahí al lado,
en otra casa sin embargo,
ruina de mis escombros,
hipoteca de los años falseados.
¿Qué fue de las caricias?
¿En qué esquina se venden?
¿Están de rebajas?
Simplemente simple
busco una ganga,
y tú, y tus manos, ahí al lado,
en otra casa sin embargo,
ruina de mis escombros,
hipoteca de los años falseados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario