En 1995, un club de lectura en Venice, California, inició la lectura de "Finnegans Wake", la novela más compleja y experimental de James Joyce. El libro, publicado en 1939, es célebre por su dificultad: está escrito en un estilo que mezcla más de setenta lenguas, con juegos de palabras, neologismos y frases que parecen errores tipográficos, lo que lo convierte en una auténtica pesadilla literaria para muchos lectores.
El grupo, liderado por Gerry Fialka, se reunía mensualmente para comentar inicialmente dos páginas por sesión, aunque pronto redujeron el ritmo a una sola página al mes debido a la densidad del texto. Así, tras 28 años de reuniones, en octubre de 2023 lograron terminar las 628 páginas de la novela, un proceso que llevó más tiempo que el que Joyce necesitó para escribirla (17 años).
Lo más llamativo es que la experiencia no terminó ahí: la última frase del libro enlaza con la primera, haciendo que la lectura sea cíclica. Por eso, el club decidió volver a empezar el libro tras concluirlo, asumiendo que "su lectura no termina nunca, literalmente".
Reflexión de los participantes:
Para los miembros, más que un club de lectura tradicional, fue una performance artística y una experiencia colectiva única. Muchos consideran que la verdadera riqueza de "Finnegans Wake" está en la interpretación comunitaria y en el viaje compartido, más que en la comprensión total del texto, algo que ni los expertos consideran posible.
Curiosidad:
No es el único grupo dedicado a este libro: existen más de cincuenta clubes de lectura de "Finnegans Wake" en todo el mundo, algunos de los cuales lo han leído varias veces en décadas.
Frase de James Joyce:
«La exigencia que hago a mi lector es que dedique toda su vida a leer mis obras».
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