En el lado equivoco de las cosas se ahoga este
provocador sin ánimos de corrección. Santas Patrias esquivadas, rezos y
juramentos; todo lo tuyo sin lo mío; pedazo de carne que revienta ante el pudor
de no tener otro destino que probar la existencia de algo que se llama amor.
Te ríes de mí, en tu pedestal de ceniza, fuego
arrasado, sentimientos raros, hoy ha llegado un circo al pueblo de tus carencias, mira las gracias del payaso,
mira la furia del león; estás invitada a ver todo el espectáculo, no vas a
tener que pagar, todo corre a mi cargo, estoy de promoción, hasta puedes tomar
las palomitas de la paz.
Seré mentecato, no te rías. También te podría haber
sugerido otras cosas, pero preferías lo clásico, no importa, tengo que
garantizar el disfrute de todo el personal; hoy vendemos lotería de Navidad, la
puedes recoger en la administración de siempre, la he dejado a tu nombre, forma
parte del espectáculo en el cual nos forramos, ábrete de piernas, soy tu hombre
hecho placer, ya no importa nada, sudor en la mejilla, sentimiento acordado por
un contable que juega a ser actor.
El cuento tiene que acabar cuando apenas ha
empezado, no te olvides de cerrar la puerta al salir, seguiremos en contacto,
dale recuerdos al idiota de tu hermano.
Si declaras, hemos acabado, tengo una coartada, el
cuento tiene que acabar cuando apenas ha empezado, no te olvides de escribirme,
yo ya lo hecho, en este escrito, en este juramento.
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