Mila Kunis, la más sexy

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Mila kunis | CLIFF WATTS

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Habla de todo lo que no la aburra y lo hace muy alto. Mila Kunis maldice a la industria del espectaculo, confiesa sus proyectos ilegales y desvela su interés por la política. No te pierdas el vídeo con el making of de la sesión y comprueba si todo lo que dicen de Mila, es verdad. Pasen y vean.

TEXTO: ROSS McCAMMON/ FOTOS: CLIFF WATTS | 03 DE DICIEMBRE DE 2012
Mi carrera estuvo amenazada por no querer hacer la portada de una revista.
¿Por quién?Por un ejecutivo. Bueno... Una persona más importante que un ejecutivo. Fue como: “Si no sales en esta revista, nunca trabajarás con esta compañía”. Yo dije: “Genial”. Fue la primera vez que tuve alguien al teléfono diciéndome que nunca volvería a trabajar en esta industria. 
¿Te reíste?
Le dije: “Perdona, ¿qué has dicho?”.
¿Qué revista era? No era Playboy, pero era una revista en la que no quería aparecer. Dije que haría ésa y esa otra, pero no la que me proponían. Y esta persona no podía aceptar un “no” por respuesta. En mis 29 años nunca he conocido a nadie que mintiese más que esta persona. ¿Sabes cuando los niños pequeños te miran con la cara llena de chocolate y les dices: “¿Por qué te has comido ese chocolate?” y ellos te responden: “No he comido chocolate”; y entonces tu dices: “Pero tienes chocolate por toda la cara” Bueno, pues era peor que eso. Hay gente buena y honesta que pierde el culo trabajando y no alcanzan ni de cerca el éxito que tiene esta persona. Parece que necesitabas desahogarte. Nunca había hablado de ello. En aquel momento hice el mínimo de entrevistas posible. La gente en esta industria miente tanto que acaba por creerse sus propias mentiras, eso es lo que aprendí haciendo esa película, que la gente es gilipollas y miente. Creo que fue un punto de inflexión en mi carrera.

"La gente es gilipollas y la gente miente”, dice Mila Kunis en una cafetería de Hollywood Hills en una deliciosa mañana de miércoles. Habla de su experiencia durante la producción y la promoción de Max Payne, la película de acción de 2008 en la que trabajó junto a Mark Wahlberg. Todo esto erupciona de repente cuando el filme sale en la conversación. No quería hablar de ello, pero cuando lo hace entrecierra los ojos y mueve la cabeza de un lado a otro de una manera que sólo puede significar: “¡Cabrones!”. En estos momentos Mila Kunis está quemada, algo fascinante de ver porque en la gran pantalla Kunis es una maestra en el arte de estar quemada: como Jackie en Aquellos maravillosos 70, como la novia de Wahlberg en Ted, como la voz de Meg Griffin en Padre de familia... En la vida real es así de intensa, incluso a la hora del desayuno. Lleva unos shorts, una camiseta y muy poco maquillaje. Cuando se quita las gafas de sol para saludar revela unos ojos que no son los gigantescos ojos ahumados que estamos acostumbrados a ver en las fotos. Son grandes, pero no míticamente grandes, no los ojos de dibujo animado japonés que estás esperando ver. Viene de hacer recados. De hecho, ‘la Mujer Más Sexy del Mundo’ ni siquiera es la mujer más glamourosa de la cafetería. En estos momentos está entre dos trabajos: acaba de terminar de rodar Oz, un mundo de fantasía (dirigida por Sam Raimi), y dentro de dos semanas empieza a trabajar en The angriest man in Brooklyn.

Le gusta hablar. Sus respuestas son directas y sustanciosas; a veces enfáticas, pero siempre afables. Seth MacFarlane, que la eligió como voz de Meg, uno de los personajes de la irreverente serie de animación Padre de familia, y que la dirigió en Ted, dice que tiene una voz que podría oírse por encima del motor de un jet. Hablé con Seth sobre ti y se burló de mí al menos una vez.
¿Sólo una vez?
Usé el adjetivo “maravillosa” para describir tu voz. Oh, Dios.
¿Crees que eres divertida?
Creo que ‘caí’ en el humor por casualidad, pero no soy graciosa. Simplemente sé cómo transmitir un chiste. Hay gente que derrocha humor de manera natural y siempre está diciendo cosas divertidas, y luego hay gente que sabe cómo transmitir un chiste. Es una habilidad y yo tengo 20 años de práctica (...).