Puede que sea un poco ácido, un poco corrosivo; pero
debéis comprenderme pues estoy sin trabajo y sin compañía. Vosotros, espías, creéis que debería centrarme y olvidarme de las opiniones. Eso es lo que voy a hacer; y, como
revancha hacia la mujer perdida hace tiempo y también la encontrada ahora en
este miserable tiempo actual, voy a pensar en ellas para inspirarme. Con esto, conseguiré que
la fusión de tiempos, mujeres y situaciones provoque una mezcla distorsionada
de ideas, ellas conducirán al momento del escalofrío tras la construcción
destrozada de mi idiosincrasia rebelde.
Todo esto lleva a ciertos instintos que
obligan a crear pavor con los delirios de grandeza. Estos luchan por no ser
pisoteados, para a su vez pisar ellos con violencia; retoman así el camino del
absurdo diario. Cuando esto ocurre aflora mi lado malo, y todo puede pasar. La
dimensión poética rivaliza con los problemas, y debo decir que sale mal parada,
pues acabo como un extraño para mi mismo.
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