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jueves, 5 de septiembre de 2013

Madrid 2020, a la tercera va la vencida

Hay algunos que no los quieren: conozco a algunos amigos madrileños que dicen que, si se conceden, ese año va a ser un caos en la capital. Puede que estén en lo cierto, pero si ponemos en la balanza todos los beneficios y perjuicios el saldo es favorable a los primeros.

Puede sonar a chauvinismo,  a facha, pero hay un factor que manda: el económico. En estos tiempos de gastos e ingresos mínimos esta inyección que supone los Juegos Olímpicos es vacuna y antídoto. 

Vacuna por la repercusión futura de prestigio y reconocimiento mundial. Las Olimpiadas deben servir para demostrar al mundo que sabemos hacer las cosas sin recurrir al chantajeo, la prevaricación y el saqueo de fondos públicos. Al igual que en Barcelona debemos dar una imagen de país unido, más allá de favoritismos y afinidades. Esto no es cuestión de PP, PSOE, IU, CIU y demás; de si nos cae bien Ana Botella, mal los nacionalistas o este es un país de rojos donde la culpa  es de Zapatero. En definitiva, lo importante es hacer una buena campaña de marketing para el bien de la marca España; pero, e insisto, sin trapicheos.

Es también antídoto por la riqueza y empleo que genera. Sólo hay que ver el caso de Londres donde el paro bajó más de tres puntos porcentuales, siguiendo ese efecto aún después de los Juegos. Además, en estos tiempos de racionamientos, bienvenido sea todo lo que suponga gasto, siempre que genere activos y no pasivos; para entendernos: que sea una inversión con efectos positivos para la gente y no sólo dar dinero sin objeto directo claro como se realizó con el rescate bancario.

No voy a entrar en si somos favoritos o no, todo se verá dentro de un par de días, al fin y al cabo en todos los sitios se cuecen habas y como en la tanda de penaltis también cuenta la suerte. Ahora lo fundamental es alimentar la esperanza, pues aunque la gente no lo crea también alimenta que por algo es lo último que se pierde.

Así que sólo queda desear buena suerte, sin pensar en las adversidades, los reveses pasados y con optimismo. Además siempre es una gozada para los que nos gustan los deportes el verlos en nuestro país por el espíritu de trabajo en equipo que transmite su organización al margen del meramente deportivo.

                                                                                                                                                                        Juan Carlos Pazos

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