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lunes, 3 de noviembre de 2014

Ocho maneras de conocer Lisboa a pie


Si ha visitado Lisboa y conoce sus monumentos más emblemáticos como el Arco da Rua Augusta, el monasterio de los Jerónimos o la Torre de Belém, quizá piense que ya lo ha visto todo. Se equivoca.
http://www.ocholeguas.com/2014/10/17/europa/1413546716.html
La capital portuguesa guarda secretos y sorpresas en cada esquina y la mejor forma de hacerlo es recorriendo cada una de sus siete colinas... a pie. Hay dos empresas, Lisbowalker y Lisboa Auténtica, que organizan excursiones temáticas para todos los gustos. Seleccionamos las ocho más interesantes.

1. Lisboa esencial

Paseo hacia la plaza del Comercio.
La mejor manera de conocer la Lisboa más esencial es recorrer sus calles como si fuese un verdadero lisboeta. Los barrios más auténticos son el Chiado, Bairro Alto, la Baixa pombalina y Alfama. Por aquí se mueven los lisboetas a diario, andando o en tranvía. Lo mejor para empezar el día es tomarse un café (que aquí se llama bica y siempre es expreso) acompañado de un pastel de nata. Porque estos deliciosos pasteles no solo se comen en Belém. En cualquier pastelería del centro de la ciudad puede encontrarlos, casi igual de sabrosos. El resto del tiempo puede pasarlo yendo de tiendas. Las más interesantes son aquellas en las que se pueden comprar productos portugueses, como A Vida Portuguesa, en el Chiado, con marcas antiguas que nunca pasan de moda. La Excursión con Lisboa Auténtica dura 3 horas y cuesta 15 euros por persona. Incluye viaje en tranvía, café y pastel de nata.

2. Lisboa 'velha'

El 'skyline' lisboeta.
Si lo que le interesa es el lado más antiguo de Lisboa, le recomendamos una excursión en la que podrá hacer un repaso a los 2.500 años de la historia de la ciudad. Desde la llegada de los fenicios, que llamaban a la capital portuguesa la bahía tranquila o el puerto seguro, un nombre que define a la perfección el contacto con el río Tajo a través de la Baixa. Conozca después la herencia dejada por los primeros grandes pobladores, los romanos. De aquella antigua Olissipio aún quedan restos de su presencia, como las galerías subterráneas de la Rua da Prata, en la Baixa, que solo abren unos seis días al año. Después llegaron los árabes, responsables del trazado de los barrios antiguos, como Alfama en la subida hacia el castillo de S. Jorge. Todos los habitantes de Lisboa, a lo largo de su historia, tuvieron una relación estrecha con el río y con la actividad marítima. Todo esto y mucho más puede descubrirlo en las excursiones organizadas por Lisbon Walker, el primer domingo de cada mes.

3. Lisboa fadista

Una fadista en Alfama.
Es imposible hablar de Lisboa y no pensar inmediatamente en el fado. Por eso, conocerla en profundidad también requiere conocer su música más emblemática. Y qué mejor forma de hacerlo que recorrer los barrios más castizos, Mouraria y Alfama, acompañados por un fadista que aprovechará la visita para cantar en calles y tascas de fado, música que ha sido recientemente reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Quien quiera saber más, puede visitar el Museo do Fado, situado en el número 1 del Largo do Chafariz de Dentro, cerca de la estación de trenes de Santa Apolonia. Cuenta con una programación variada y numerosas exposiciones sobre la temática del fado. La mejor forma de terminar esta excursión es degustando un caldo verde con chorizo en una tasca en la que se canta fado vadio, fado más o menos improvisado que canta todo el que así lo desee. La excursión la organiza Lisboa Auténtica.

4. Leyendas y misterios lisboetas

El lado tenebroso de Lisboa.
Esta excursión es ideal para los más curiosos, todos aquellos que quieran descubrir los aspectos más recónditos de la capital lusa. Algunas de las leyendas de la ciudad dieron origen a santos, otras a héroes y otras a villanos. Hay misterios ocultos en las calles y edificios de una ciudad a veces mágica y a veces tenebrosa. Una de las leyendas más antiguas es la que hace referencia a la fundación de la ciudad. Dicen que fue el propio Ulises el fundador de Lisboa, después de huir de Troya y antes de partir hacia el Atlántico. Otra leyenda increíble es la de S. Vicente, patrón de la ciudad, cuyo cadáver, cuando fue trasladado en barco desde el Algarve hasta la capital, estuvo siempre acompañado de dos cuervos, ave que aún hoy está en las armas de la ciudad. Éstas y otras leyendas pueden conocerse en la excursión que organiza Lisbon Walker por la Baixa, la colina del Castillo de S. Jorge y Alfama. Los martes a las 10h y los terceros domingos de cada mes, a las 14h30. En inglés y portugués. 15 euros.

5. Lisboa, ciudad de espías

El lado intrigante de la urbe.
Durante la II Guerra Mundial Portugal permaneció neutral por lo que Lisboa se convirtió en un verdadero nido de espías, el lugar estratégico perfecto en el que se daban cita espías de los dos bandos. Qué mejor que transformarse en un auténtico James Bond y pasear por la capital portuguesa, desde la Plaza de Comercio a la Plaza de Restauradores, como si fuera un agente infiltrado en una misión secreta. Así, podrá descubrir quién fue Arístides de Sousa Mendes, conocido como el Schindler portugués, un cónsul portugués en Burdeos que se saltó la autoridad del dictador Salazar y durante cinco días concedió permisos de entrada en Portugal a refugiados de varias nacionalidades, sobre todo judíos, que querían salir de Francia. Esta excursión se realiza los viernes, a las 14h30 y los segundos domingos de cada mes, a la misma hora, con Lisbonwalker. El precio es de 15 euros.

6. Lisboa gastronómica

Los aclamados productos gourmet.
Y si tanta información le ha abierto el apetito, entonces lo mejor es descubrir Lisboa a través de sus sabores y los productos más típicos de su gastronomía. La capital lusa está repleta de restaurantes en los que se puede comer de todo, pero sobre todo, uno de los platos más lisboetas: el bacalao, que aquí se cocina de mil una maneras diferentes: con nata, a braz, asado con patatas, frito con mahonesa y jamón... Hay restaurantes para todos los precios, desde el lujoso Tavares, hasta tascas que surgen en cada esquina, con manteles de papel pero comida casera de la buena. Y si lo que quiere es llevarse comida de recuerdo, también puede hacerlo. Se recomienda el paté de sardina, una entrada muy habitual para comer con el pan mientras se espera los platos. Lisboa Auténtica organiza excursiones gastronómicas que incluyen comidas o cenas con marcación previa por 30 euros por persona. A lo largo de la ruta se hacen degustaciones.
 

7. Lisboa vinícola

Entre cata y cata...
No se puede pensar en comer sin pensar en beber. El vino también ocupa un lugar destacado en Portugal. Y aunque Lisboa no es una región vinícola con demasiada tradición, en la capital portuguesa también se pueden saborear los mejores caldos que se obtienen por todo el territorio portugués. Son numerosas las tiendas de vinos que hay en el centro de la ciudad y en las que puede comprarse desde un tinto del Alentejo, un vino verde de la región del Miño, un moscatel de Setúbal o los famosos vinos dulces de Oporto. En esta excursión, además de recorrer los barrios del Chiado, Baixa y Bairro Alto, se propone una explicación sobre los diferentes tipos de uvas que se cosechan en Portugal, así como una cata de vinos acompañada de quesos y embutidos portugueses. Las excursiones duran 3 horas y cuestan 30 euros por persona. Con Lisboa Auténtica.

8. Lisboa sensorial

Un turismo diferente.
Y por último, una forma completamente alternativa de conocer Lisboa a pie: con los ojos vendados. ¿Qué le parece redescubrir el típico barrio de Alfama pero ahora sin verlo? De esta manera podrá potenciar el resto de los sentidos. Subir por las callejuelas estrechas tocando sus paredes desconchadas; sentir el olor de las sardinas asadas, escuchar a lo lejos los acordes de un fado... Lisbonwalker avanzó con esta iniciativa en colaboración con la Asociación de Ciegos de Portugal, ACAPO. La excursión dura una hora y media y los participantes están acompañados por un guía turístico, que va contextualizando la visita, y por un invidente, que les ayuda a superar las dificultades de no ver. El objetivo es doble: hacer un turismo diferente y sensibilizar a los turistas. Como experiencia, merece la pena descubrir esta Lisboa que además de bella a la vista lo es también al resto de los sentidos, que a veces pasan más desapercibidos. Esta excursión solo se realiza mediante cita previa, con un mínimo de 6 participantes y cuesta 20 euros por persona.

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