Las mejores películas del 2012

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Una recopilación de lo más ecléctica que incluye desde el cine de autor más críptico a las cintas más palomiteras, desde los últimos trabajos de grandes directores hasta gratos descubrimientos de debutantes, pasando por el mejor cine de animación, las comedias más salvajes o algunos de los filmes que más han hecho discutir a nuestros redactores. Pasen, vean y no dejen de hacer su propia lista.

“Holy motors”. Triunfó en el Festival de Sitges y despertó reacciones encontradas entre la crítica —entre el público, sin embargo, apenas tuvo repercusión—, pero entre nuestros redactores solo despertó admiración. “Holy motors” marcaba el regreso del francés Leos Carax al cine, y esa vuelta no decepcionó: una película no tanto indescifrable, sino abarcadora de tantas posibles lecturas como espectadores hay, un hermoso poema acerca de las imágenes y el poder que ejercen en nosotros, sobre su inagotable capacidad para despertar nuestros sentidos.

“Cosmopolis”. Al igual que el protagonista de “Holy motors”, Eric Packer se desplazaba en limusina, un vehículo que le aislaba del desplome de la sociedad como consecuencia última de un capitalismo del que él era exponente. Brillante y gélida adaptación de la novela de Don DeLillo, “Cosmopolis” es otro ejemplo más de la inteligencia cinematográfica de un director, David Cronenberg, que no ha dejado de modular su cine sin abandonar un discurso propio, autorreflexivo. Pero también, es una muestra de que para Robert Pattinson hay vida más allá de la saga “Crepúsculo”, si bien los poderosos diálogos escritos por de DeLillo son lo bastante contundentes como para redimensionar cualquier interpretación.

“Moonrise kingdom”. El particular universo de Wes Anderson al fin tomó una forma muy concreta: la de sentido homenaje a la infancia y a la idea de la aventura como brújula para una vida sensata. “Moonrise kingdom” es una de las cumbres de su filmografía, una joya preciosa, emocionante y emotiva en la que el director no abandona su estilo, pero en la que éste es más disfrutable que nunca. Además, contaba con un reparto espectacular (Bill Murray, Bruce Willis, Tilda Swinton, Edward Norton, Frances McDormand) y una banda sonora exquisita, en la que la partitura de Alexandre Desplatacompañaba a las clásicas composiciones de Benjamin Britten.

“La invención de Hugo”. En su primera película familiar, Martin Scorsese adaptó la novela ilustrada de Brian Selznick y consiguió un cuento sobre el tiempo y la nostalgia, un homenaje sentido a Georges Méliès y una fábula que se rendía al cine en su calidad de sueño del hombre, de ilusiones y fantasías proyectadas en la pantalla. “La invención de Hugo” era una maravilla que acumuló elogios y Oscars®, pese a terminar derrotada en las categorías principales de los premios de la Academia frente a la mueca vacía de“The artist” (Michel Hazanavicius, 2011).

“The deep blue sea”. Terence Davies, fabuloso y poco prolífico director británico, adaptó la obra teatral de Terence Rattigan sobre un amor doloroso entre una mujer casada de la clase alta londinense y un piloto aventurero. Tom Hiddleston y Rachel Weisz interpretaban con extraordinaria emoción a esos enamorados condenados a vivir un romance intenso pero con fecha de caducidad, desembocado en la desesperación y en las ruinas. Una película llena de elegancia, cocida a fuego lento y capaz de transmitir el sabor de una pinta en una tarde de pub al son de Jo Stafford.

“War horse (Caballo de batalla)”. El Steven Spielberg más sentimental y familiar obró esta joya melodramática, extraordinaria en lo técnico y abiertamente emocional. En “War horse (Caballo de batalla)” cabía tanta belleza como crueldad, y también una insobornable ética de la mirada. Una escena como la de su caballo protagonista atrapado entre los dos bandos desprende tanta honestidad en su llamada a la concordia como el mejor Frank Borzage, mientras que su plano final teñido de puesta de sol es la puntilla que homenajea a otros de los admirados del director, a saber King Vidor o John Ford. John Williams, como siempre, acompañaba a las imágenes con una banda sonora tan íntima como grandiosa, llena de matices emotivos.

“Take shelter”. El debut de Jeff Nichols estuvo presente en el Festival de Cannes, pese a lo cual contó con una escasa distribución en España. Sin embargo, se ha consolidado como uno de los títulos más apreciados del año esta suerte de drama psicológico yapocalíptico en el que un espléndido Michael Shannon tenía tremebundas visiones de una devastadora tormenta. “Take shelter” trata de la incomunicación y el aislamiento en una realidad que se aproxima paso a paso a su inminente destrucción. Angustiosa, difícil de digerir y con un memorable final que se cuenta entre los más impactantes del cine reciente.

“Los descendientes”. En esta adaptación de la novela de la autora hawaiana Kaui Hart Hemmings, George Clooney era un padre de familia obligado a pasar por una dolorosa travesía emocional con sus hijas después de que un accidente dejara a su esposa en coma. “Los descendientes” era una nueva encarnación de la comedia dramática que tan bien maneja Alexander Payne, una suerte de road movie por el archipiélago hawaiano con una banda sonora repleta de melodías de las islas y un impecable guion que se llevó el Oscar® en su categoría.

“Argo”. Tercer largometraje de Ben Affleck como director, “Argo” narraba la increíble historia real de una operación secreta que, tras la revolución iraní de 1979, sacó a seis ciudadanos estadounidenses atrapados en Teherán haciéndolos pasar por un equipo de rodaje canadiense. Sin duda, se trata de una de las cintas que mejor aceptación ha tenido en este 2012 tanto entre la crítica como entre el público, sirviendo como confirmación del talento como realizador de Affleck tras las ya celebradas “Adiós pequeña adiós” (2007) y “The town (Ciudad de ladrones)” (2010), y posicionándose como una de las favoritas para nominaciones y premios.

“Chronicle”. Una de las sorpresas del año es este debut en la dirección de Josh Trank, una cinta de presupuesto limitado y estética de metraje encontrado en la que tres jóvenes se ven de la noche a la mañana con que tienen poderes mentales que escapan a su control. Un filme independiente en el que cabía la ira adolescente traducida en Apocalipsis de “Akira” (Katsuhiro Ôtomo, 1988), las teorías de Arthur Schopenhauer y el gag físico de “Jackass”. También, un entretenimiento espectacular, inteligente y lúdico, que apunta a Trank como una de las promesas más firmes del panorama actual.

“Looper”. Tercer largometraje de Rian Johnson tras “Brick” (2006) y “The brothers Bloom” (2009), “Looper” era una cinta de ciencia-ficción solvente, sólida y muy entretenida, una hija directa de “Terminator” (James Cameron, 1984) que se levantaba sobre su propio retrofuturismo con tintes de western. A Johnson le preocupaba más la acción que las paradojas temporales, la pérdida de humanidad del looper antes que la precisión científica. Una película imprescindible aunque solo sea por ver a Joseph Gordon-Levitt lidiando con su irritable yo del futuro, un Bruce Willis en el que llegan a vislumbrarse oscuras tendencias psicóticas.

“Los idus de marzo”. En un año de elecciones en Estados Unidos, George Clooney, uno de los rostros demócratas del star-system de Hollywood, volvía tras la cámara para lanzar una reflexión sobre el poder y sus catacumbas. En ella, él mismo era quien interpretaba a un candidato que guardaba oscuros secretos que descubría uno de los miembros de su campaña, encarnado por el prominente Ryan Gosling. Completaban un reparto estelar Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Evan Rachel Wood y Marisa Tomei, mientras que el guion, nominado al Oscar®, estaba firmado por el propio Clooney junto a Grant Heslov y Beau Willimon a partir de la obra teatral de este último.

“El dictador”. La nueva comedia del camaleón Sacha Baron Cohen le volvía a aliar con el director Larry Charles para componer una película tan salvaje y políticamente incorrecta como las anteriores del tándem. Y es que “El dictador” era cafre sin medida, una terrorista de aquello llamado “buen gusto” y de los tabúes del humor. Pero es que además, acababa con un discurso memorable, heredero del de Charles Chaplin en “El gran dictador” (1940), que ponía en evidencia la desvirtuación del término “democracia” en el mundo actual. Para reírse a mandíbula batiente de cosas que, en teoría, no tienen gracia.

“Project X”. En otras coordenadas de la comedia burra, ya sin trasfondo político, “Project X” se podría definir como una gamberrada filmada con cámara en mano y a caballo entre el cine de juergas estudiantiles y la celebración del desfase que promulgaba Todd Phillips —aquí productor— en “Resacón en Las Vegas” (2009). Va de tres adolescentes que deciden montar una fiesta para ganar popularidad en el instituto. El problema viene cuando la cosa se les va de las manos y la fiesta acaba fuera de control, hasta el punto de ser protagonista en los informativos televisivos. Se trataba de una de esas escasas propuestas que conseguían que el espectador se sintiera invitado no sólo a ver la película, sino incluso a estar en la película, porque “Project X” no era simplemente ver una fiesta, era como irse de fiesta.

“¡Piratas!”. Otra gema del stop-motion de plastilina de la compañía Aardman Animations, los creadores de “Chicken run: Evasión en la granja” (Nick Park y Peter Lord, 2000) y Wallace & Gromit. “¡Piratas!” estaba dirigida por los dos buques insignia de la factoría, Lord y Park, y llevaba la técnica de animación a nuevos niveles de exquisitez, a partir de lo que era una adaptación de un libro infantil de Gideon Defoe. En la versión original, además, podíamos oír las voces british e irish de Imelda Staunton,Brendan Gleeson, Hugh Grant, David Tennant y Martin Freeman.

“En la casa”. Ganadora del Festival de San Sebastián, lo nuevo de François Ozoncosechó elogios entre la crítica y también entre nuestros redactores. Esta comedia francesa versaba sobre la relación entre un profesor y su alumno y sobre un juego que diluía las fronteras entre la realidad y la ficción. Además, contaba con un gran reparto en el que se encontraban, entre otros, Emmanuelle Seigner, Kristin Scott Thomas, Yolande Moreau o Fabrice Luchini.

“Shame”. Segunda película del director británico Steve McQueen y segunda colaboración con uno de los actores más de moda, Michael Fassbender. En “Shame” Fassbender era un adicto al sexo cuyo hermético mundo se veía amenazado con la reaparición de su inestable hermana (Carey Mulligan). McQueen no se ahorraba desnudos explícitos de sus protagonistas, ni tampoco la desesperación de un hombre incapaz de superar las barreras de un cuerpo condenado al placer mecánico, como el Casanova de Federico Fellini.

“Eternamente comprometidos”. Tercera incursión del realizador Nicholas Stoller, esta comedia romántica exploraba en profundidad el universo de la pareja, con énfasis en temas como el compromiso y los sacrificios que realizamos a lo largo de una relación. El resultado es una película emotiva, divertida y con la inflamación narrativa habitual de las películas con marca Apatow, con unos estupendos Jason Segel y Emily Blunt como esos dos enamorados que ven fluctuar sus sentimientos a medida pasa el tiempo y se pospone la boda que oficialice su amor.

“Madagascar 3: De marcha por Europa”. Tras la insípida “Madagascar 2″ (Eric Darnelly Tom McGrath, 2008), la entrada en la franquicia del guionista Noah Baumbach —colaborador habitual del director Wes Anderson— dio como resultado una tercera parte más divertida, con más ritmo y más guiños para adultos que sus dos predecesoras. “Madagascar 3: De marcha por Europa” fue una de las sorpresas del verano, una cinta de animación de muchos quilates que profesaba amor por el thriller europeo clásico.

“Extraterrestre”. En su segundo trabajo en largo, el cineasta Nacho Vigalondopropuso una historia de amor durante un día de resaca en el que los extraterrestres llegan para invadir la Tierra. Julián Villagrán y Michelle Jenner experimentaban ese despertar incómodo con las presencias marcianas de Carlos Areces, Raúl Cimas y Miguel Noguera. Quizá, la mejor comedia española en este 2012.

“J. Edgar”. Clint Eastwood sorprendió a fans y detractores con un biopic mucho menos académico de lo que apuntaba y mucho más inusual, un recorrido biográfico por la vida del padre del FBI en el que se lanzaba una reflexión sobre la proximidad del relato personal y el relato histórico, las trampas de la historiografía. Una película de lo más interesante y también de lo más irregular, con un excelente Leonardo DiCaprio pero un desastroso maquillaje que acaba convirtiendo a los personajes en guiñoles cuando alcanzan su etapa senil.

“Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011)”. Nueva adaptación sobre la novela de Stieg Larsson, David Fincher demostró ser un realizador con mucha más enjundia tanto en forma como en fondo que la ofrecida por la versión sueca. Daniel Craig y Rooney Mara interpretaron a sus protagonistas Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander en un thriller sólido y con alta capacidad de turbación.

“El origen de los Guardianes”. Otra de las sorpresas animadas del año es esta suerte de liga de personajes de cuentos que luchan por salvar los sueños y esperanzas de los niños de la amenaza del Coco. Nueva propuesta de DreamWorks Animation, “El origen de los Guardianes” se presenta como la mejor propuesta navideña para un público familiar.

Más películas. También de animación, podemos rescatar este año la muy interesante“Brave (Indomable)”, dos joyas con gusto por el fantástico como “O apóstolo” y “El alucinante mundo de Norman” y la menor pero divertida “¡Rompe Ralph!”. Si hablamos de tomar el pulso a la crisis y sus consecuencias, entonces son de obligada visión “El capital”, “Alps”, “Mátalos suavemente”, “Las nieves del Kilimanjaro” y, de forma menos directa, “Hara-kiri, muerte de un samurái” y “La parte de los ángeles”. También “El Caballero Oscuro: La leyenda renace” presentaba poderosos paralelismos con el movimiento Occupy Wall Street. Por otra parte, ha sido un año de numerosos éxitos franceses entre la comedia y el drama, caso de “Declaración de guerra”, “Intocable” y“Un feliz acontecimiento”, o directamente decantados por el drama como “Un amour de jeunesse” y “De óxido y hueso”.

En el terreno de los blockbusters, algunos han contado con un favor más o menos unánime, como “Los Vengadores” o “El hobbit: Un viaje inesperado”, mientras que otros han sido recibidos con opiniones encontradas, caso de “Battleship”, “Prometheus” y“Los miserables”. También merecen mención la problemática pero solvente “Moneyball: Rompiendo las reglas”, el ejemplar producto de acción que era “Safe”, la comedia repleta de mala leche que era “El irlandés”, la contundente e impactante “Miss Bala”, la interesante “Young adult” y la experimental “César debe morir”. Tampoco queremos olvidarnos de “Los Muppets”, vuelta de las marionetas de Jim Henson a la gran pantalla, de la verbenera “[Rec]3 Génesis” y de la discutida “Salvajes”, todas ellas parte de un año que, en perspectiva, ha resultado de lo más apasionante en cuanto a calidad cinematográfica se refiere.