Siento el suplicio de estar contigo, sin estar
en otra cosa que no sea lo mío, abundante.
En ciertos sitios afirman lo dicho,
pero yo lo niego a cada momento, iluso
en mi trono corrompido por tus deseos,
barba quemada con queroseno, hielo
de las nodrizas que aún son vírgenes.
en otra cosa que no sea lo mío, abundante.
En ciertos sitios afirman lo dicho,
pero yo lo niego a cada momento, iluso
en mi trono corrompido por tus deseos,
barba quemada con queroseno, hielo
de las nodrizas que aún son vírgenes.
Luego miraré a las alturas, pequeño
como cuando era pequeño, dudas
de media mañana dormidas
en el asfalto de un atropello insensato.
El hierro escuece en la sangre,
intento no oír el estruendo,
pero no estoy sordo, a lo menos
no al nivel que quisiera.
como cuando era pequeño, dudas
de media mañana dormidas
en el asfalto de un atropello insensato.
El hierro escuece en la sangre,
intento no oír el estruendo,
pero no estoy sordo, a lo menos
no al nivel que quisiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario